2 de octubre de 2011

Una de perros y niños

Todo empezó con Sisí catorce meses atrás. Llegué a casa de mi amiga Ana, con la actualmente vivo, y además de su hija Milagros, me vi compartiendo vivienda con Sisi, su perra. Sisí es viejita. No está para muchos trotes la pobre. Además de enferma, chochea. Se va haciendo pis por todas partes y apesta. Es una perra chiquita, color paja dorada, tranquila, probablemente porque está cansada y enferma. Busca afecto y todos la huyen, porque se rasca sin cesar, tiene heridas que supuran y la suma de todos estos factores no incitan a acariciarla.

Poco después, apareció Marlin, a quien yo siempre me dirijo con el nombre de “Bichito”. Cachorro labrador, a quien recogieron de la calle siendo un “bebesito”, como dice Claudia. Estaba aterrado y salía despavorido al toparse con cualquier otro ser vivo. ¿Qué le habrán hecho a mi bichito para que reaccione así? Pero Bichito es ya todo un mozo y se ha convertido en el terror del vecindario. Cuando abrimos la verja de la casa sale despavorido a todo trotar y horripila a quien se cruza, ya que aunque no hace nada, salta y a sus 13 meses es todo un semental hecho y derecho digno de todo respeto.

El lunes volví de vacaciones y me tope con dos nuevos okupas en el jardín. Un rottweiler negro y uno de “ni chicha ni llimoná”, canijo y feo, independiente, así que no molesta. El encuentro se dio a las 5 de la mañana mientras yo intentaba despertar a la asistenta de la casa y los perros montaban un gran algarabío que despertó sin duda a todo el vecindario. Sí, sí, vecinos…. He vuelto, ejem, ejem… Pero son temporales: están de paso. El domingo sus dueños pasaran a recogerlos tras su regreso de vacaciones.

Hoy es sábado. Desciendo las escaleras y me dirijo a la cocina. Los niños están alborotados. Todos gritan, ríen… ¿qué diantres pasa? Entonces lo veo: es Pancho, nuestro último mohicano. Tiene tres meses, el pelo negro y es para comérselo. Al igual que Marlin, es un labrador. De momento, no se soportan (mi Bichito está celoso), pero se le pasara. Todo lleva su tiempo…

Así que la familia crece. En catorce meses hemos triplicado el número de canes (sin contar los miembros temporales) y el número de niños en la misma progresión. Al principio fue solo Mila, pero después vino Esterline y recientemente, Zanobi.
¿Quién aparecerá mañana? Todo es posible. Por si acaso, le pido al hada de los deseos inverosímiles y extraordinarios quien aspiro a que surja y se presente en mi vida… ¿Me concederá el deseo? Jaja. Estaría bueno…

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